Cádiz naturaleza, su fauna, vegetación, espacios naturales, climatología...
La provincia de Cádiz se encuentra situada en el extremo meridional de la Península Ibérica con una superficie es de 7.442 Km2, lo que representa el 8,5% del territorio de Andalucía y el 1,4% del total nacional. Su perímetro es de 566 Km, de los cuales 261 son marítimos (55 mediterráneos y 206 atlánticos).
La provincia gaditana, debido a su localización estratégica, es un importante nexo de unión biogeográfico entre los continentes europeo y africano, constituyendo además la frontera entre los dominios atlántico y mediterráneo.
A grandes rasgos, en la provincia se puede distinguir cuatro grandes unidades fisiográficas: el litoral, las sierras, las campiñas y las vegas.
El litoral abarca desde la desembocadura del río Guadalquivir hasta la Punta de Chullera. Los 261 Km de costa gaditana se reparten entre la vertiente atlántica con 206 Km y la mediterránea con 55 Km, siendo la Punta de Tarifa la divisoria entre ambas costas.
Las sierras se sitúan en la franja oriental de la provincia extendiéndose desde el Estrecho hacia el Norte, representando casi un tercio de la superficie de la provincia, y dando origen a los principales ríos que discurren por ella. Poseen en general una altitud media pero con una orografía bastante abrupta. La cercanía al mar favorece una elevada pluviosidad que contrasta con el resto de la provincia. Estas sierras gaditanas se pueden dividir a su vez en tres grandes bloques: Macizo de Grazalema, Serranías del Aljibe y Campo de Gibraltar, y relieves subbéticos aislados.
Las campiñas de Cádiz conforman un paisaje tradicionalmente dedicado a actividades agrarias. Se ubican hacia el interior y se caracteriza por presentar un paisaje llano o suavemente alomado salpicado de pequeñas colinas y cuya extensión supone casi la mitad de la superficie
En cuanto a las vegas y valles fluviales, la vega del río Guadalete es la llanura aluvial de mayor importancia y desarrollo de la provincia. Otros sistemas fluviales importantes son los del río Barbate, las vegas del Palmones y Guadarranque, y las terrazas fluviales del Guadiaro-Hozgarganta.
Encontramos 6 grandes parques naturales contenidos en la provincia de Cádiz, los cuales contienen una gran variedad paisajística y de importante valor ecológico.
PARQUE NATURAL BAHIA DE CADIZ
PARQUE NATURAL LA BREÑA
PARQUE NATURAL DOÑANA
PARQUE NATURAL SIERRA DE GRAZALEMA
PARQUE NATURAL LOS ALCORNOCALES
PARQUE NATURAL DEL ESTRECHO
FAUNA
La Provincia de Cádiz posee una gran riqueza faunística, debido principalmente a su diversidad climática, geológica, orográfica y su influencia marítima.
Los mamíferos se pueden observar en mayor número y densidad conforme nos acercamos al interior de la provincia donde se sitúan las sierras.
La provincia destaca por su riqueza en especies de bajo y alto monte. Las principales especies de mayor tamaño se corresponden con el corzo, ciervo, cabra montés, muflón y gamo, mientras que menor tamaño las principales son el conejo, la liebre y el zorro.
Otros mamíferos que se pueden observar en la provincia son meloncillos, ginetas, nutrias, turones, gato montés, comadrejas y murciélagos.
En cuanto a aves, la provincia de Cádiz es uno de los lugares más interesantes de la Península Ibérica para su observación, ya que por ella discurre un amplio flujo migratorio entre Europa y África. En el Campo de Gibraltar, las aves más numerosas son cigüeña blanca, halcón abejero y milano negro. También se pueden observar el águila imperial, cigüeña negra, buitre negro, halcón borní, elanio azul, alimoche, aguilucho lagunero, aguilucho cenizo, águila perdicera, halcón de eleonor y halcón peregrino.
Además del Estrecho, existen una gran variedad de ecosistemas como playas, marismas, sierras abruptas, bosques o pequeñas lagunas en la campiña, donde aún se reproducen especies tan escasas como el calamón, la focha cornuda o la malvasía.
Las marismas y salinas durante las migraciones, constituyen enclaves privilegiados para la observación de aves limícolas, estérnidos, anátidas, ardeidas o paseriformes.
Los pinares costeros son refugio de multitud especies de aves como mirlos, cárabos, carboneros, cuervos, herrerillos o currucas.
En los acantilados se asientan colonias de gaviotas patiamarillas, garcillas bueyeras, cormoranes o halcones peregrinos.
En la campiña destaca la presencia de aves rapaces que se ven favorecidas por la abundancia de presas de relativa fácil captura como el conejo. En La Janda se pueden observar principalmente águilas imperiales y en la Campiña Norte el aguilucho cenizo.
En los embalses de Bornos y Arcos se concentran una avifauna singular durante buena parte del año destacando el águila pescadora y la garza real. En los complejos endorreicos se reproducen entre otras las malvasías ibéricas, el calamón y las cercetas pardillas.
En la Sierra de Grazalema destaca las altas concentraciones de rapaces rupícolas como las águilas perdiceras, calzadas, reales, azores y gavilanes. La mayor colonia reproductora de buitres leonados de la provincia y una de las más importantes de la península ibérica se encuentra en el Peñón de Zaframagón.
El medio forestal de las sierras del Aljibe, ofrece cobijo y alimento a multitud de aves. Rapaces como el azor, el gavilán, el águila calzada o el cárabo, sitúan sus territorios en “canutos” y vaguadas. La avifauna rupícola nidificante se corresponde especialmente con el buitre leonado, el alimoche, el halcón peregrino y el búho real.
La costa de la provincia posee una diversa y abundante fauna marina y terrestre asociada. Es fácil observar en las playas especies de invertebrados y vertebrados marinos tanto en el mar, como en la orilla, en lajas o superficies rocosas alrededor del nivel de bajamar o en la zona intermareal. Destacan peces, moluscos, artrópodos y equinodermos. Dado que el Estrecho de Gibraltar constituye un enclave fundamental para los procesos migratorios marinos de diversas especies de túnidos, quelonios y mamíferos marinos, son comunes los avistamientos de este tipo de animales al Sur de la provincia. El Estrecho de Gibraltar es uno de los principales observatorio de cetáceos de Europa, destacando el avistamiento de ballenas, calderones, orcas, cachalotes, rorcuales y delfines.
En cuanto a los anfibios de la provincia, se reproducen principalmente en medios acuáticos temporales y de dimensiones reducidas en los que no abundan predadores de gran tamaño y en los que se desarrolla gran cantidad de alimento. Se pueden encontrar al Gallipato, Salamandra común, Tritón jaspeado, Sapillo pintojo meridional, Sapo de espuelas, Sapillo moteado, Sapo común, Sapo corredor, Ranita meridional o Rana común.
Con respecto a reptiles, Cádiz se encuentra en el borde del área de distribución europea de numerosas especies de reptiles. Existen numerosas especies de corología ibero-magrebí, entre las que destaca el camaleón común, única especie de reptil arborícola de Europa Occidental. Además de ésta, se pueden encontrar el galápago europeo y leproso, salamanquesa rosada y común, eslizón ibérico y tridáctilo, lagartija colirroja, ibérica, colilarga y cenicienta, lagarto ocelado, culebrilla ciega, culebra de herradura, lisa meridional, de escalera, de cogulla, bastarda, viperina y de collar, y vívora hocicuda.
VEGETACION
La flora gaditana está fuertemente influida por la situación biogeográfica de la Península Ibérica y las peculiares características de su relieve, suelos, clima e historia geológica, sin olvidar la acción de la actividad humana como modeladora de la vegetación.
La Sierra de Grazalema se encuentra dominada por bosques de alcornoques, encinas y quejigos, frecuentemente mezclados con algarrobos, acebuches, madroños, espinos y lentiscos. Entre estas masas vegetales destaca el bosque de pinsapos de la umbría de la Sierra del Pinar. Estos abetos mediterráneos son una auténtica reliquia de los bosques de coníferas del Terciario, formando bosques oscuros de árboles verde azulados, que dan lugar a un paisaje espectacular.
En las Sierras del Aljibe existe una de las mayores extensiones de alcornoques del planeta y otras especies de indudable valor botánico, representando una masa de vegetación puramente mediterránea con especies como encinas, melojos y acebuches. Pero hay una vegetación característica y única en Europa que define a estas sierras. Se trata de la vegetación de ribera de los llamados “canutos”, un bosque de laurisilva que ha sobrevivido aquí a los cambios climáticos ocurridos durante millones de años atrás.
Los bosques de pino piñonero constituyen las agrupaciones arbóreas más extendidas y típicas de los arenales costeros de la provincia, distribuyéndose por toda la franja litoral. Sus mejores representaciones son los pinares de Chiclana, entre este núcleo y Conil de la Frontera, y los pinares de la Mesa, entre Vejer de la Frontera, Barbate y Caños de Meca.
La vegetación de las márgenes de los cursos de agua está formada por galerías arbóreas densas puras o en diversos grados de mezcla de álamos, sauces, fresnos y tarajes, aunque hoy día han desaparecido bastantes galerías como consecuencia de la actividad humana y aparecen numerosos eucaliptos dominando largos tramos de bosques de ribera. Las mejores galerías, de talla arbórea y gran espesura, se conservan a lo largo del río Guadalete y en un tramo del río Barbate.
En el fondo de los barrancos y profundas gargantas excavadas por los arroyos que se forman en las sierras silíceas, existen galerías donde el aliso suele ser el árbol que adquiere mayor protagonismo, junto a quejigos, fresnos y sauces.
Las principales formaciones de matorral monoespecífico en la provincia se corresponden con lentiscares, coscojares, jarales, palmitares y retamares. Entre los matorrales con dominancia de más de una especie se encuentra la garriga, derivada de los acebuchares y encinares, compuesta principalmente de coscoja y lentisco.
También es importante destacar la superficie ocupada por los pastizales, explotados principalmente por ganado vacuno en régimen extensivo. Algunas de estas superficies de pastos se mantienen a causa de los fuertes vientos de levante que azotan la campiña, que no permiten el establecimiento de cultivos pese a la existencia de los magníficos suelos de bujeo.
La vegetación de las marismas mareales y salinas tienen una gran importancia, presentando un excelente grado de conservación en algunas de sus manifestaciones, como en el entorno de la Bahía de Cádiz y en la desembocadura de los ríos Guadalete, Barbate, Palmones y estuario del Guadiaro. Esta vegetación la constituyen diversos tipos de matorrales halohidrófilos, que se distribuyen en función del sustrato, la frecuencia y duración de la inundación por las mareas y el uso antrópico.
CLIMATOLOGIA
El clima de la provincia de Cádiz es típicamente mediterráneo, caracterizado por la particular distribución de temperaturas y precipitaciones a lo largo del año. La coincidencia estival de altas temperaturas y la ausencia de lluvias es un rasgo definitorio de este clima, del que deriva se acusado déficit hídrico.
Sin embargo, este clima se encuentra condicionado por una serie de factores que le otorgan una personalidad propia. Estos factores son, por un lado, factores geográficos o estáticos como la latitud, en el extremo meridional de la Península, el relieve, que explica el régimen de lluvias y los fuertes vientos, y por último, la influencia del mar, por su efecto termorregulador del clima. Por otro lado tenemos los factores dinámicos, que dependen de la dinámica general de la atmósfera de la zona, y nos explican los ritmos estacionales y los tipos de tiempo que se generan en la provincia, encontrándose éstos íntimamente relacionados con las masas de aire atmosférica que rigen el clima gaditano como el anticiclón de las Azores, las masas de aire tropical continental, las de aire marítimo polar, el frente atlántico-mediterráneo y el frente euroafricano.
El año climatológico se divide en dos grandes estaciones: una templada y otra cálida. El invierno se extiende desde noviembre hasta abril, y viene caracterizado por temperaturas muy suaves, moderadas precipitaciones y alta insolación. En verano, la generación de una zona de bajas presiones provocada por el desplazamiento de las altas presiones subtropicales dominantes en invierno, provoca la aparición de regímenes de vientos de diferentes orígenes e intensidades (poniente y levante). Además, la sequedad sahariana que asciende latitudinalmente llega a afectar a la provincia en esta época.
Temperaturas
El régimen de temperaturas en la provincia de Cádiz se caracteriza fundamentalmente por su carácter suave y moderado.
Las variaciones espaciales son debidas principalmente a características geográficas como la cota sobre el nivel del mar y la influencia del mar. Así, los valores más elevados de la temperatura media anual corresponden a las zonas costeras y a la parte más occidental de la Campiña de jerez. Por otra parte, los valores inferiores se sitúan lógicamente en las zonas altas de las serranías del Noreste provincial.
En cuanto a la distribución temporal de las temperaturas a lo largo del año, destaca la ausencia de valores extremos, con inviernos suaves y veranos calurosos, aunque suavizados por la influencia del mar. Los meses más fríos son diciembre y enero, en los que las temperaturas medias no son excesivamente bajas, superiores a 10ºC para la mayor parte del territorio, salvo las zonas más elevadas de la Sierra de Cádiz, donde llegan a ser inferiores a 8ºC.
Los meses de julio y agosto son los meses más cálidos, con temperaturas medias comprendidas entre los 24 y 26ºC. Los valores superiores corresponden a las zonas interiores de la Campiña de Jerez, siendo los más bajos los correspondientes a la comarca de la Sierra de Cádiz.
En términos absolutos, la temperatura máxima puede superar los 40ºC en la zona interior de la campiña, y la mínima, localizada en la Sierra de Cádiz, puede llegar a ser inferior a –2ºC.
Precipitaciones
La precipitación media anual en la mayor parte de la provincia de Cádiz es superior a los 600 mm, si bien cabe destacar que en algunas zonas de la Sierra de Grazalema se superan los 2.000 mm, debido a sus peculiaridades orográficas y geográficas, mientras que en la zona más occidental de la provincia escasamente se superan los 500 mm de pluviosidad.
La distribución geográfica de las precipitaciones muestra unos valores muy desiguales, en estreche relación con el relieve, presentando un gradiente Este-Oeste muy marcado. La sierra orientadas generalmente en dirección Norte-Sur suponen un obstáculo a las masas de aire húmedo de poniente y levante que al elevarse sufren enfriamiento y condensaciones dando lugar a intensas precipitaciones. En este aspecto hay que destacar, que en la Sierra de Grazalema se recogen muchos años las máximas precipitaciones de la Península Ibérica.
A lo largo del año, las lluvias se concentran principalmente al final del otoño y en invierno, con descensos en la primavera y una marcada sequía en el periodo estival.
Vientos
El viento es un elemento muy característico de la provincia, sobre todo en el Sur y la mitad occidental. Los más frecuentes son los de componente Este o Poniente, y el llamado Levante de componente Este o Suroeste.
Los vientos de poniente son vientos atlánticos del oeste y del Suroeste. Son húmedos y frescos, y originan precipitaciones al ascender hacia el interior obligados por el relieve al condensarse la humedad que traen desde el mar.
El viento de levante se origina en la depresión sahariana, siendo por tanto cálido y seco, al ser su recorrido sobre el mar muy reducido. Este viento pasa con bastante fuerza por la zona del Estrecho, al actuar este como un embudo, provocando una importante aceleración y una turbulencia extraordinaria con velocidades medias de 36Km/h y rachas que llegan a alcanzar hasta los 150 Km/h. Produce humedades y neblinas en las sierras del Campo de Gibraltar, pero al perder la humedad se convierte pronto en muy desecante.
Fuente: Diputación de Cádiz